Comprobación de funcionamiento y precisión del medidor de red monofásico, modelo DL69-2048. Comportamiento de este medidor monofásico, instalándolo en un cuadro eléctrico trifásico.
Fin de las bombillas incandescentes
Alrededor de un 25 % de la energía que se consume en un hogar va destinada a la iluminación. Las bombillas incandescentes malgastan mucha energía y duran poco. Se estima que solo el 5% de la energía que consume una bombilla incandescente de 100 W se traduce en luz (el 95%, en calor que se desperdicia). Además, su vida útil se estima en mil horas, o dicho de otro modo, supone un mayor consumo de recursos naturales y de generación de residuos que tienen que reciclarse de forma adecuada para evitar que contaminen el medio ambiente.
Directiva de eficiencia energética Ecodesign 2009/125/CE
La normativa empezó a aplicarse en 2009 de forma progresiva, y cada 1 de Septiembre desapareció un tipo distinto. Las primeras bombillas en retirarse fueron los modelos de 100 vatios en 2010, las de 75 W el 2011, las de 60 W (uno de los modelos más usados en España) el 2012, y las de 40 W y 25 W en el año 2013.
Esta normativa no significa que los consumidores que tengan en su casa estos modelos están obligados a retirarlas, pero cuando tengan que sustituir o comprar nuevas bombillas ya no tendrán a su disposición estos modelos.
Bombillas fluorescentes
Las bombillas de bajo consumo o ahorradoras, son lámparas fluorescentes compactas. Funcionan de forma parecida a los fluorescentes de tubo de toda la vida. La diferencia frente a una bombilla de incandescencia, a parte de su bajo consumo, es que son frías, usan entre un 50% y un 80% menos e energía, producen la misma cantidad de luz y duran más.
Bombillas LED
La principal diferencia entre las bombillas LED y las de bajo consumo (gas), es que las LED no contienen ningún elemento tóxico y alcanzan el 100% de su rendimiento desde el mismo momento de su encendido, por lo que resultan más eficientes a largo plazo. El consumo con la iluminación de una bombilla LED, se caracteriza porque dura mucho y consume muy poco. Se estima que una bombilla LED tiene una duración aproximada de 70.000 horas, por lo que pueden llegar a durar hasta 50 años.
Energía Reactiva
La energía reactiva puede descompensar una instalación eléctrica y provocar efectos adversos, como la pérdida de potencia útil en las instalaciones, un menor rendimiento en los aparatos eléctricos conectados, e incluso caídas de tensión y perturbaciones en la red eléctrica (armónicos). Cualquier dispositivo que produzca un consumo de energía reactiva, debería incluir en su interior un circuito de compensación. Como esto no es muy habitual, debido a que los fabricantes siempre ahorran al máximo en el proceso de fabricación, dicho circuito de compensación habría que montarlo por fuera. En la industria, como las compañías eléctricas penalizan el consumo de la energía reactiva, se suelen instalar equipos de compensación ‘inteligentes’ en las proximidades del cuadro eléctrico.